Hace unos meses, mi padre me extendió la invitación para acompañarlo a realizar el ya tan afamado peregrinaje del Camino de Santiago; mi primer motivación: no podría perderme ésta aventura a lado de mi padre.
Tradicionalmente, el Camino de Santiago es una ruta de fe para el mundo cristiano; desde el descubrimiento de la tumba del Apóstol
Santiago en Compostela, en el siglo IX, el Camino de Santiago se
convirtió en la más importante ruta de peregrinación de la Europa
medieval. En el lugar donde se descubrió, se construyó una capilla que
cobijó los restos del Apóstol, iniciándose así la construcción de una
ciudad, Compostela, que con el paso de los años se convirtió en meta de
millones de peregrinos, sede episcopal, ciudad próspera y punto de
referencia histórica y espiritual para todo el mundo cristiano.
Desde hace algunos años ya, he emprendido un viaje hacia mi interior, que me ha llevado a conocer un nuevo exterior, redescubriendo la belleza de dejarme sorprender por la vida; mi segunda motivación: para mí, éste peregrinaje se traduce en un camino hacia el interior; una oportunidad más que se me presenta para escucharme, y escuchar lo que me rodea, conectarme con la Madre Tierra, superar mis limitaciones, enfrentarme a mis fantasmas, y sobre todo, continuar con la búsqueda de sentido.
Comienza la cuenta regresiva, y la emoción crece día con día. Continúan los preparativos, físicos, técnicos, pero sobre todo espirituales, para emprender éste nuevo viaje. Éste será mi diario electrónico, donde iré relatando las reflexiones, los pormenores, los datos curiosos, etc. Bienvenido todo aquel que guste de leerlo.