El comienzo fue muy amable, se tiene tiempo para adecuarse al Camino, cargar mochila al hombro, distribuir la energía, mantenerse hidratado, cuidar los pies.
Los ojos no paran de maravillarse, aun lo conocido no deja de sorprender. Los sentidos se agudizan, la sensibilidad se multiplica a mil. Aunque todo el tiempo vas haciendo lo mismo, caminar, cada paso es distinto.
La llegada al destino del día es una delicia, quitarse las botas después de ocho horas de caminar es toda una bendición, y tomar un baño se agradece infinitamente. El resto del dia paseamos por Comillas, visitamos la Caprichosa de Gaudí, el palacio del Marques de Comillas, la Pontífice, y de cena tuvimos un fantástico chocolate caliente con churros, y a dormir para que el cuerpo aguante la parada a las seis de la mañana.
Reflexiones del día:
- El turista exige, el peregrino agradece.
- Las subidas cansan, y las bajadas duelen. Pero esto es la vida, un subibaja que no para, de uno depende que las subidas valgan y que las bajadas enseñen.
- Apaga tu mente, y enciende tu corazón.
- Las señales están donde las necesitas
- Cada paso es una meta.
Que bonito Sofi, sin duda una gran experiencia... Sigue alimentando tu alma con amor y vivencias!
ResponderEliminarMe encantan tus reflexiones! Me hacen recordar mi propio camino y lo que aprendí en él... Tienes toda la razón, las subidas cansan y las bajadas duelen, pero que rico es llegar al final del camino, mirar lo que se ha recorrido y sentirse orgulloso por lo subido y lo bajado, lo aprendido y lo que vale...
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