sábado, 14 de julio de 2012

Dia 21 Arzúa - Lavacolla

Ahora si estamos en la recta final, y la alegría por todo lo logrado hasta ahora impulsa a seguir dando pasos. Los primeros 20 kilómetros los recorrí sin mayor problema, pero después de la parada larga para continuar hasta Lavacolla, empecé a ver estrellitas; como si no fuera suficiente con las ampollas acumuladas, apareció una nueva en el dedo pequeño del pie derecho, y me costó bastante trabajo llegar al hostal, venía casi arrastrandome.
A partir de Arzúa se juntan los caminos, y la cantidad de peregrinos es mucha; al principio me sentí como una extraña, muchas caras, y muchos pies, sentía como si me vinieran persiguiendo, pero después fue agradable ver tantas personalidades distintas con un mismo objetivo. Pero, definitivamente, la quietud que se tiene en el camino del norte no lo cambiaría por nada. Me da gusto que mi primera vez haya sido por este trayecto.
Se acerca el final, y no puedo dejar de agradecer por esta experiencia, este camino que no ha hecho mas que enseñarme lo maravillosa que es la vida, y haberlo podido compartir con mi papá y mi hermano ha sido una bendición.
Mañana es el gran día. ¡Ultreia!

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